Teatro de los Siglos de Oro: contexto y tendencias
Teatro de
los Siglos de Oro
En los Siglos de Oro se observan cuatro
tendencias del arte escénico: la clasicista, que imita los clásicos
grecolatinos; la cortesana, que es más elevada dado que actúa para la
corte; la religiosa, cuyos temas y personajes están basados en la religión
católica; y la populista, dirigida a un público muy amplio que abarca
todas las clases sociales y que revolucionará Lope de Vega.
· Teatro clasicista
Ya vimos en La Celestina
que, por aquel entonces, en las universidades se enseñaba el teatro clásico,
escrito por griegos y latinos, pero no se sabía escenificar. Por tanto, los
universitarios dramaturgos escriben obras destinadas a ser leídas, no representadas.
De todos modos, la censura no las habría permitido porque contienen escenas
violentas y muertes, pero sí ayudaron a adquirir muchas técnicas dramáticas
y se incorporan los hechos históricos como motivos teatrales.
· Teatro religioso
Rocas del Corpus |
· Teatro cortesano
Este tipo de teatro privado, destinado
en exclusiva a los monarcas y su corte, comienza en la Edad Media pero, a
finales del siglo XVI, sale a la calle para convertirse en teatro público.
Gracias a su refinamiento, incorpora textos poéticos, actores profesionales (en
esta época empieza a consolidarse esta profesión, especialmente en Italia) y técnicas
dramatúrgicas complejas. Durante las fiestas palaciegas empiezan a organizarse
representaciones teatrales más cultas, como óperas y zarzuelas, que
combinan música, pintura y escultura en montajes espectaculares. Dichas obras exaltan
la figura del rey, además de entretener a la corte. Es Lope de Vega
quien inicia esta nueva manera de entender el teatro, pero Calderón la lleva al
culmen.
· Teatro popular
Como ya se dijo, Italia se
convierte durante el Renacimiento en capital cultural y modelo a seguir. Es
allí donde cobra fuerza el desarrollo del nuevo teatro y muchos de ellos
llegaron a España, donde obtuvieron grandes logros como conseguir el derecho real
para representar a diario, el despliegue de nuevas técnicas
escenográficas y la todavía polémica participación de las mujeres
como actrices. Asimismo,
el modelo de teatro español imitó la Commedia dell’Arte italiana,
adoptando el uso de arquetipos y estereotipos para los personajes
(el galán, la dama, el rey... y, especialmente, el gracioso, que será una pieza
clave), repitiendo esquemas sencillos para los argumentos, otorgando
importancia a los personajes de los criados en el desarrollo de la trama
y favoreciendo la profesionalización de los actores así como la creación
de las primeras compañías teatrales.
Algunos de los personajes arquetípicos de la Commedia dell'Arte |
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