Poesía barroca: contexto y características

Poesía barroca: contexto y características

  

· Contexto: Mientras que durante el Renacimiento del siglo XVI se vivió una época de cierto esplendor y auge, en el XVII España sufre cambios políticos, una crisis económica y tensiones sociales. Esta decadencia se ve agravada porque el país pierde la hegemonía política y militar que poseía, además de los continuos enfrentamientos entre católicos y protestantes.

La rendición de Breda, de Velázquez

· Mentalidad: A causa de todo ello, entran también en crisis los valores renacentistas y, en su lugar, surge el Barroco, que se caracteriza por:

- Considerar que todo en el mundo es un engaño para los sentidos, por lo que todo es falso y mera apariencia («A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa», hermanos Argensola). Esto está relacionado con la decadencia de la nobleza, que comienza a perder poder a medida que el dinero lo gana y necesitan mantener una apariencia exterior solemne.

- En consecuencia, adoptan una visión pesimista de la realidad y del ser humano, ya que no pueden fiarse del exterior ni de sus sentidos, y ven degradado su poder en favor del dinero, mientras crece la pobreza.

- Ver la vida como una etapa fugaz que conduce irremediablemente a la muerte. Para combatir a la reforma protestante, España impone la Contrarreforma, que endurece los valores cristianos, la penitencia, la abnegación y la concepción de la vida como «valle de lágrimas».

In Ictu Oculi, de Valdés Leal

· Rasgos formales: Esta mentalidad conlleva ciertas tendencias estilísticas: se adoptan muchos rasgos del latín en tanto origen de la lengua castellana, lo que implica también emplear numerosos recursos retóricos que dificultan la lectura, especialmente el hipérbaton, que imita la sintaxis latina («Guarnición tosca de este escollo duro / troncos robustos son»); además de imitar la gramática del latín, también introducen numerosas referencias al mundo clásico, como obras, citas y mitología, algo que ya sucedía en el Renacimiento pero ahora se lleva al extremo y se vincula con la cultura popular del momento (pensad en el cuadro Las hilanderas o la fábula de Aracne, de Velázquez, que representa un oficio humilde de la época y, al mismo tiempo, el mito de Aracne); se incide mucho en el gusto por el espectáculo, el engaño y las apariencias, a pesar de que es precisamente eso lo que denuncian de la sociedad, como se vio en el Lazarillo con ese hidalgo pobre que salía de casa mondándose los dientes con un palillo para hacer creer que había comido de lujo cuando en realidad pasaba hambre; y, por último, el estilo barroco tiende a ser paradójico, porque se convierte en aquello que crítica y juega con los contrastes y los extremos.

 

Las hilanderas o la fábula de Aracne, de Velázquez

· Características poéticas: Aunque la sociedad vive en crisis, la poesía goza de mayor prestigio que nunca. Se mantiene en general la línea que desarrolló el Renacimiento (clasicismo, naturaleza, amor y muerte, recursos retóricos...), pero se llevan al límite.

- Temas: Como ya se dijo, se aborda la fugacidad de la vida, la realidad engañosa y el desengaño, la muerte inexorable, la corrupción y la decadencia social, los amores trágicos, el desamor... Asimismo, se acentúa la vertiente humorística y sarcástica, que hace crítica y burla de temas actuales (Poderoso caballero es don Dinero, de Quevedo).

- Métrica: Sigue empleando versos y estrofas italianizantes, en especial el soneto, pero se suma la vertiente popular castellana, con su verso octosilábico, los romances, las letrillas, las redondillas, las quintillas, etc.

- Estilos: abundancia de recursos retóricos, empleo de cultismos (términos cultos que recuperan del griego y del latín), referencias al mundo grecolatino, crítica a la realidad contemporánea, etc. Predominan dos corrientes estilísticas: el culteranismo y el conceptismo, que veremos adelante.

San Andrés, de Ribera